Pues la verdad tuve que escuchar la melodía 2 veces porque la primera estaba tan despistada que no capte nada.
Bueno, pues al principio pensé que era una oración pero luego, no se si porque eran las 12 am y porque tenia sueño, empecé a escuchar una canción de cuna. Cerré los ojos y empecé a imaginarme a alguien cantadome para que me durmiera. Pero no me dormi porque tenia que hacer mi tarea. En cuanto a los instrumentos no puede distinguir ninguno mas que una voz a capela de una mujer con unos tonos muy altos de voz así tipo opera. No supe ni entendí nunca lo que decía pero es una melodía que se me hace muy dulce, muy tierna, amorosa, como de una madre para su hijo o no se. Me gusto mucho.
viernes, 25 de septiembre de 2009
jueves, 24 de septiembre de 2009
AndRei RuBleV
Pues por lo que pude investigar y habiendo poca información de la vida de Rublev se que fue un religioso y pintor ruso en la época medieval y es considerado el mayor iconografo de Rusia. dicen que probablemente vivió en el Monasterio de la Santísima Trinidad y San Sergio en tiempos del patriarcado de Nikon de Rádonezh.
Fue canonizado en 1988. La iglesia ortodoxa rusa celebra su día de santoral el 4 de julio. En 1959 se abrió el Museo Andréi Rublev en el monasterio Andrónnikov, mostrando su trabajo. En 1966, andrei tarkovski realizó una película basada en su vida que fue la que vimos en clase.
La primera mención de la iconografía de Rublev fue en 1405 cuando decoró iconos y frescos para la Catedral de la Asuncion del Kremlin de Moscu en compañía de Teofanes el griego y projor de gorodets.
Inicialmente Rublev fue asistente de Teófanes el Griego; si la obra de Rublev se mantiene dentro de la tradición bizantina también es cierto que se libera de la excesiva rusticidad del arte tradicional bizantino. Innova al introducir flexibilidad en las figuraciones y una expresión más humana y dulce en las actitudes y, especialmente, en los rostros.
El icono "La Trinidad" es la obra más famosa de Rublev, pintada probablemente entre 1422 y 1428 para la catedral del Monasterio de la Trinidad y San Diego . Rublev representó a tres ángeles que, según la leyenda bíblica, fue la forma que tomó Dios para aparecer ante abraham y sara en mamre.
referencia:
http://es.wikipedia.org/wiki/Andréi_Rubliov
Fue canonizado en 1988. La iglesia ortodoxa rusa celebra su día de santoral el 4 de julio. En 1959 se abrió el Museo Andréi Rublev en el monasterio Andrónnikov, mostrando su trabajo. En 1966, andrei tarkovski realizó una película basada en su vida que fue la que vimos en clase.
La primera mención de la iconografía de Rublev fue en 1405 cuando decoró iconos y frescos para la Catedral de la Asuncion del Kremlin de Moscu en compañía de Teofanes el griego y projor de gorodets.
Inicialmente Rublev fue asistente de Teófanes el Griego; si la obra de Rublev se mantiene dentro de la tradición bizantina también es cierto que se libera de la excesiva rusticidad del arte tradicional bizantino. Innova al introducir flexibilidad en las figuraciones y una expresión más humana y dulce en las actitudes y, especialmente, en los rostros.
El icono "La Trinidad" es la obra más famosa de Rublev, pintada probablemente entre 1422 y 1428 para la catedral del Monasterio de la Trinidad y San Diego . Rublev representó a tres ángeles que, según la leyenda bíblica, fue la forma que tomó Dios para aparecer ante abraham y sara en mamre.
referencia:
http://es.wikipedia.org/wiki/Andréi_Rubliov
miércoles, 23 de septiembre de 2009
tRiStaN e IsOLdA
Pues primero que nada en la imagen logro distinguir lo que seria un hombre y una mujer.
Distingo a la mujer basandome en los atributos femeninos de las figuras como por ejemplo la flor que brota de lo que parece ser su cuerpo y que tal vez vendría siendo su cabeza porque también parece salir de la flor una quijada, ademas que la flor podria simular la fertilidad en una mujer, su belleza o su fragilidad.
Al hombre lo distingo por el color azul de la capa de la cual salen unos brazos y una cabeza y por el artefacto que jala de la capa que es una carretilla y que también es característico de los hombres.
Puedo ver una historia de amor también por la forma en que él tiene los brazos queriendo alcanzarla y besarla por la forma y la inclinación de su cabeza. Pero también creo que es un amor con muchos obstáculos por la tormenta que se ve alrededor y porque al fin y al cabo el no puede alcanzarla y abrazarla como es su intencion.
lunes, 21 de septiembre de 2009
NueStRa SeñORa DeL PeRpeTuO sOcOrRo
Atemorizado por la visión de dos ángeles que le muestran los instrumentos de la Pasión, el Niño Jesús ha corrido hacia su Madre, perdiendo casi una de sus pequeñas sandalias en su precipitada huida. María lo sostiene en sus brazos de manera protectora y amorosa. La cara de Nuestra Señora aparece llena de dolor, pero sumamente digna en su contemplación no sólo de sus propios dolores, sino también de los sufrimientos de su Hijo. Su mirada esta fija no en Jesús sino en nosotros. Las pequeñas manos de Jesús también están sujetas a las de María como una forma de recordarnos a nosotros que, así como en la tierra él se puso enteramente en su manos buscando protección, así ahora en el cielo él nos confía a cada uno de nosotros en sus tiernos y amorosos cuidados.Este es el mensaje principal del icono, que no obstante, esta repleto de otros símbolos. He aquí algunos de ellos:
1. Iniciales en griego para "Madre de Dios"2. Corona. Fue añadida al cuadro original por orden de la Santa Sede en 1867. Es un tributo a los muchos milagros obrados por Nuestra Señora bajo la advocación del "Perpetuo Socorro".
3. Estrella en el velo de la Virgen. Ella es la Estrella del Mar… que trajo la luz de la luz al mundo en tinieblas… la estrella que nos conduce al puerto seguro del Cielo.
4. Inicial griega para "San Miguel, el arcángel". Sostiene la lanza y la esponja de la Pasión de Cristo.
5. Inicial griega para "San Gabriel, el arcángel". Sostiene la cruz y los clavos.Nótese que los ángeles no tocan los instrumentos de la pasión con las manos, sino con el paño que los cubre.
6. La boca de María. Es pequeña para significar un recogimiento silencioso. Ella habla poco.
7. Los ojos de María. Son grandes para todos nuestros problemas. Están vueltos siempre hacia nosotros.
8. Túnica roja. Los colores que llevaban las vírgenes en los tiempos de Cristo.
9. Iniciales griegas para "Jesucristo".
10. Las manos de Cristo. Con las palmas boca abajo y dentro de las de su madre, indican que las gracias de la redención están bajo su custodia.
11. Fondo amarillo. Es el símbolo del cielo, donde Jesús y María están ahora entronizados. El amarillo también brilla a través de sus ropas, mostrando así la felicidad celestial que puede traer a los cansados corazones humanos.
12. Manto azul oscuro. Es el color que usaban las madres en Palestina. María es las dos cosas a la vez: virgen y Madre.
13. Mano izquierda de María. Sostiene de manera posesiva a Cristo. Ella es su madre. Es una mano consoladora para todo el que acuda a ella.
14. Sandalia caída. ¿Ha casi perdido Jesús su sandalia corriendo hacia María en busca de consuelo ante el pensamiento de su Pasión?Los encantos del retrato son muchos... desde la ingenuidad del artista, quien quiso asegurarse que la identidad de cada uno de los sujetos se conociera, hasta la sandalia que cuelga del pie del Niño. El Niño divino, siempre con esa expresión de madurez que conviene a un Dios eterno en su pequeño rostro, está vestido como solían hacerlo en la antigüedad los nobles y filósofos: túnica ceñida por un cinturón y manto echado al hombro. El pequeño Jesús tiene en el rostro una expresión de temor y con las dos manitas aprieta la derecha de su Madre, que mira ante sí con actitud recogida y pensativa, como si estuviera recordando en su corazón la dolorosa profecía que le hiciera Simeón, el misterioso plan de la redención, cuyo siervo sufriente ya había presentado Isaías.
1. Iniciales en griego para "Madre de Dios"2. Corona. Fue añadida al cuadro original por orden de la Santa Sede en 1867. Es un tributo a los muchos milagros obrados por Nuestra Señora bajo la advocación del "Perpetuo Socorro".
3. Estrella en el velo de la Virgen. Ella es la Estrella del Mar… que trajo la luz de la luz al mundo en tinieblas… la estrella que nos conduce al puerto seguro del Cielo.
4. Inicial griega para "San Miguel, el arcángel". Sostiene la lanza y la esponja de la Pasión de Cristo.
5. Inicial griega para "San Gabriel, el arcángel". Sostiene la cruz y los clavos.Nótese que los ángeles no tocan los instrumentos de la pasión con las manos, sino con el paño que los cubre.
6. La boca de María. Es pequeña para significar un recogimiento silencioso. Ella habla poco.
7. Los ojos de María. Son grandes para todos nuestros problemas. Están vueltos siempre hacia nosotros.
8. Túnica roja. Los colores que llevaban las vírgenes en los tiempos de Cristo.
9. Iniciales griegas para "Jesucristo".
10. Las manos de Cristo. Con las palmas boca abajo y dentro de las de su madre, indican que las gracias de la redención están bajo su custodia.
11. Fondo amarillo. Es el símbolo del cielo, donde Jesús y María están ahora entronizados. El amarillo también brilla a través de sus ropas, mostrando así la felicidad celestial que puede traer a los cansados corazones humanos.
12. Manto azul oscuro. Es el color que usaban las madres en Palestina. María es las dos cosas a la vez: virgen y Madre.
13. Mano izquierda de María. Sostiene de manera posesiva a Cristo. Ella es su madre. Es una mano consoladora para todo el que acuda a ella.
14. Sandalia caída. ¿Ha casi perdido Jesús su sandalia corriendo hacia María en busca de consuelo ante el pensamiento de su Pasión?Los encantos del retrato son muchos... desde la ingenuidad del artista, quien quiso asegurarse que la identidad de cada uno de los sujetos se conociera, hasta la sandalia que cuelga del pie del Niño. El Niño divino, siempre con esa expresión de madurez que conviene a un Dios eterno en su pequeño rostro, está vestido como solían hacerlo en la antigüedad los nobles y filósofos: túnica ceñida por un cinturón y manto echado al hombro. El pequeño Jesús tiene en el rostro una expresión de temor y con las dos manitas aprieta la derecha de su Madre, que mira ante sí con actitud recogida y pensativa, como si estuviera recordando en su corazón la dolorosa profecía que le hiciera Simeón, el misterioso plan de la redención, cuyo siervo sufriente ya había presentado Isaías.
icOnO BiZaNtInO
Los bizantinos, antiguamente, designaban con la palabra icono a toda representación de Cristo, la Virgen, un santo, un acontecimiento de la historia Sagrada, representación que podía ser pintada o esculpida, móvil o monumental. Pero la Iglesia ortodoxa moderna aplica con preferencia este término a las pinturas de caballete, y es el sentido que se le da hoy tanto en la arqueología como en la historia del arte.
El icono bizantino es, por consiguiente, una pintura sacra sobre una estructura portátil, de madera o metal, cualquiera que sea la técnica de la pintura: colores colocados sobre una preparación de enyesado, cubos de mosaicos, esmaltes,...
La inclusión de los iconos en esmalte dentro de las artes industriales ha impedido tradicionalmente concederles su justa importancia en este terreno artístico, aunque se sabe que a partir de los siglos XI y XII fueron bastante numerosos en las iglesias bizantinas. Valga como ejemplo la célebre imagen de San Miguel, que hoy se conserva en Venecia, donde los adornos de filigrana y los esmaltes contribuyen a lograr un maravilloso efecto sinfónico de conjunto.
También se utilizó la técnica de los mosaicos, y no hay duda de que la más generalizada, a partir del siglo X, fue la denominada al temple (o tempera al huevo, en la que se usa la clara de huevo como una emulsión para lograr un mayor densidad del color). El soporte era siempre una tabla, o panel, que se tomaba de la masa del tronco cerca de su centro y siguiendo el sentido longitudinal de la fibra. Sobre esta tabla, que se pulía de modo que quedaba ligeramente cóncava, se pegaba una tela gruesa que, a su vez, se recubría de yeso con la finalidad de preservar a la pintura de ser embebida por la madera.
Preparada así la tabla -normalmente de tilo-, el pintor, con un punzón o buril, trasponía el dibujo partiendo de un esbozo o modelo; e inmediatamente pasaba a la aplicación de sus colores empezando por los fondos. El básico y fundamental era siempre el oro asociado al cielo; junto a él, el ocre, que expresaba lo terreno, el azul vinculado a lo infinito y el rojo, que proyectaba el fuego del Verbo Divino. Una vez pintado el icono, se bañaba con una capa de lino, que contribuía no sólo a realzar los colores, sino también a dar más consistencia a la pintura.
El icono en su origen, señala Ernest Ros, fue un simple recuerdo, la imagen de una persona que por su testimonio de vida cristiana era merecedora de recuerdo. este retrato se colocaba, por lo general, sobre un sepulcro, con el fin de perpetuar su memoria, al igual que ocurría en el mundo funerario greco-egipcio, y de manera que el peregrino pudiera contemplar la figura ejemplar del que había triunfado testimoniando su fe.
Pronto circularon retratos de la Virgen y de Cristo, considerados por la tradición como auténticos y atribuidos a san Lucas. Ya en el S. VI, los iconos pasaron a convertirse en objetos de culto, como lo eran las reliquias a las que aparecían asociados, transformándose en algo operativo. Adquirieron un valor místico.
Así se hicieron presentes en todas las partes del Imperio y en todos los ámbitos sociales, en iglesias, casas particulares o lugares públicos,. Incluso podían llevarse colgados al cuello, cuando eran muy pequeños y metálicos.
Se rezaba ante ellos y se les utilizaba como objetos profilácticos. por eso el emperador Heraclio puso imágenes de la Virgen en los mástiles de sus barcos. Este culto idolátrico llegaría al paroxismo en el ambiente catastrófico del S.VII, en el momento en el que el enemigo -eslavos, árabes-, pone cerco a la propia Constantinopla y reduce el Imperio a la mitad.
Nace entonces la inagotable leyenda de los iconos que hablan, lloran, hacen milagros, atraviesan el mar, vuelan por los aires, aparecen en sueños y se hacen descubrir en lugares de Teofanía. Todavía en 1453, un venerado icono de la Virgen era expuesto en los puntos más vulnerables de la ciudad al objeto de evitar su toma por los turcos.
Las luchas iconoclastas purificarían la función y significado del icono al precisar que si estaba pintado correctamente, es decir, si reproducía modelos cuya autenticidad esta garantizada por la tradición, el icono se convierte en reflejo de un prototipo divino, y participa de su santidad.
El icono es el espejo en el que se refleja el mundo visible: es existencialmente idéntico a su modelo, a pesar de ser diferente en su esencia. Venerar un icono es identificarse con él y recibir su gracia. Sobre esta doctrina se construirá el sistema clásico de la pintura bizantina.
Los iconos bizantinos sobre madera pintada de los primeros siglos son escasos, debido a que resisten mal las injurias del tiempo y a las luchas iconoclastas, habiéndose conservado en mayor medida aquellos que proceden de la época de los Paleólogos y de la Turcocracia.
Los iconos más antiguos son raros y poco accesibles; son, en gran parte, obras aisladas salidas de talleres palestinos o egipcios -la mayoría proceden del Sinaí-, y tanto por la época -Siglos V-VI-, como por la técnica usada -encáustica- aparecen sometidos a la estética circundante.
referencia: http://www.isftic.mepsyd.es/w3/eos/MaterialesEducativos/bachillerato/arte/arte/x-media/biz-ico2.htm
El icono bizantino es, por consiguiente, una pintura sacra sobre una estructura portátil, de madera o metal, cualquiera que sea la técnica de la pintura: colores colocados sobre una preparación de enyesado, cubos de mosaicos, esmaltes,...
La inclusión de los iconos en esmalte dentro de las artes industriales ha impedido tradicionalmente concederles su justa importancia en este terreno artístico, aunque se sabe que a partir de los siglos XI y XII fueron bastante numerosos en las iglesias bizantinas. Valga como ejemplo la célebre imagen de San Miguel, que hoy se conserva en Venecia, donde los adornos de filigrana y los esmaltes contribuyen a lograr un maravilloso efecto sinfónico de conjunto.
También se utilizó la técnica de los mosaicos, y no hay duda de que la más generalizada, a partir del siglo X, fue la denominada al temple (o tempera al huevo, en la que se usa la clara de huevo como una emulsión para lograr un mayor densidad del color). El soporte era siempre una tabla, o panel, que se tomaba de la masa del tronco cerca de su centro y siguiendo el sentido longitudinal de la fibra. Sobre esta tabla, que se pulía de modo que quedaba ligeramente cóncava, se pegaba una tela gruesa que, a su vez, se recubría de yeso con la finalidad de preservar a la pintura de ser embebida por la madera.
Preparada así la tabla -normalmente de tilo-, el pintor, con un punzón o buril, trasponía el dibujo partiendo de un esbozo o modelo; e inmediatamente pasaba a la aplicación de sus colores empezando por los fondos. El básico y fundamental era siempre el oro asociado al cielo; junto a él, el ocre, que expresaba lo terreno, el azul vinculado a lo infinito y el rojo, que proyectaba el fuego del Verbo Divino. Una vez pintado el icono, se bañaba con una capa de lino, que contribuía no sólo a realzar los colores, sino también a dar más consistencia a la pintura.
El icono en su origen, señala Ernest Ros, fue un simple recuerdo, la imagen de una persona que por su testimonio de vida cristiana era merecedora de recuerdo. este retrato se colocaba, por lo general, sobre un sepulcro, con el fin de perpetuar su memoria, al igual que ocurría en el mundo funerario greco-egipcio, y de manera que el peregrino pudiera contemplar la figura ejemplar del que había triunfado testimoniando su fe.
Pronto circularon retratos de la Virgen y de Cristo, considerados por la tradición como auténticos y atribuidos a san Lucas. Ya en el S. VI, los iconos pasaron a convertirse en objetos de culto, como lo eran las reliquias a las que aparecían asociados, transformándose en algo operativo. Adquirieron un valor místico.
Así se hicieron presentes en todas las partes del Imperio y en todos los ámbitos sociales, en iglesias, casas particulares o lugares públicos,. Incluso podían llevarse colgados al cuello, cuando eran muy pequeños y metálicos.
Se rezaba ante ellos y se les utilizaba como objetos profilácticos. por eso el emperador Heraclio puso imágenes de la Virgen en los mástiles de sus barcos. Este culto idolátrico llegaría al paroxismo en el ambiente catastrófico del S.VII, en el momento en el que el enemigo -eslavos, árabes-, pone cerco a la propia Constantinopla y reduce el Imperio a la mitad.
Nace entonces la inagotable leyenda de los iconos que hablan, lloran, hacen milagros, atraviesan el mar, vuelan por los aires, aparecen en sueños y se hacen descubrir en lugares de Teofanía. Todavía en 1453, un venerado icono de la Virgen era expuesto en los puntos más vulnerables de la ciudad al objeto de evitar su toma por los turcos.
Las luchas iconoclastas purificarían la función y significado del icono al precisar que si estaba pintado correctamente, es decir, si reproducía modelos cuya autenticidad esta garantizada por la tradición, el icono se convierte en reflejo de un prototipo divino, y participa de su santidad.
El icono es el espejo en el que se refleja el mundo visible: es existencialmente idéntico a su modelo, a pesar de ser diferente en su esencia. Venerar un icono es identificarse con él y recibir su gracia. Sobre esta doctrina se construirá el sistema clásico de la pintura bizantina.
Los iconos bizantinos sobre madera pintada de los primeros siglos son escasos, debido a que resisten mal las injurias del tiempo y a las luchas iconoclastas, habiéndose conservado en mayor medida aquellos que proceden de la época de los Paleólogos y de la Turcocracia.
Los iconos más antiguos son raros y poco accesibles; son, en gran parte, obras aisladas salidas de talleres palestinos o egipcios -la mayoría proceden del Sinaí-, y tanto por la época -Siglos V-VI-, como por la técnica usada -encáustica- aparecen sometidos a la estética circundante.
referencia: http://www.isftic.mepsyd.es/w3/eos/MaterialesEducativos/bachillerato/arte/arte/x-media/biz-ico2.htm
domingo, 13 de septiembre de 2009
eL AmOr a La PatRia
Cuando escuchamos la palabra PATRIA-y me incluyo-, lo primero que se nos viene a la mente es la bandera nacional, los símbolos patrios, personajes históricos o acontecimientos relevantes que preceden de lo que hoy en día es nuestro país. Sin embargo, Arnulfo herrera plantea un concepto diferente de PATRIA. Para él, la patria es algo más íntimo, más personal, para luego hacerlo parte de algo más colectivo.
La familia y nosotros como individuos somos el fruto de lo que A.H. llama patria, las raíces de nuestros antepasados y lo que dio origen a lo que somos, desde los más vagos recuerdos de nuestra infancia hasta las anécdotas e historias propias de la familia o simplemente un paisaje que nos haga recordar un momento especial de nuestra vida. Ahí empieza la patria.
Después intentamos formar parte de grupos en la calle, en la escuela, o en cualquier otro lugar, luego comenzamos a hacer parte a los demás de nuestra patria y así cada vez se hace más compleja. Es entonces cuando la identidad colectiva nos fortalece y le da más sentido a nuestra personalidad.
Entonces…“La plenitud que nos llena no proviene entonces de la retórica difundida por el Estado; es la convicción de un amor que viene desde nuestro nacimiento (que existía aun antes que nosotros) y que se forja y se agranda en el trabajo de cada día, de cada momento en que habremos de ser nosotros mismos y podremos, orgullosamente, gritar nuestra filiación, reconocer nuestros rasgos, vemos en el "espejo impecable y diamantino" como la patria que llevamos dentro”, Arnulfo Herrera.
Ahora puedo concluir lo siguiente:
Amémonos y amemos a la patria haciéndola completamente nuestra, porque así como nuestros abuelos y padres forman parte de lo que hoy es nuestra patria, así nosotros algún día querremos formar y formaremos parte de la patria de nuestros hijos y los hijos de ellos.
La familia y nosotros como individuos somos el fruto de lo que A.H. llama patria, las raíces de nuestros antepasados y lo que dio origen a lo que somos, desde los más vagos recuerdos de nuestra infancia hasta las anécdotas e historias propias de la familia o simplemente un paisaje que nos haga recordar un momento especial de nuestra vida. Ahí empieza la patria.
Después intentamos formar parte de grupos en la calle, en la escuela, o en cualquier otro lugar, luego comenzamos a hacer parte a los demás de nuestra patria y así cada vez se hace más compleja. Es entonces cuando la identidad colectiva nos fortalece y le da más sentido a nuestra personalidad.
Entonces…“La plenitud que nos llena no proviene entonces de la retórica difundida por el Estado; es la convicción de un amor que viene desde nuestro nacimiento (que existía aun antes que nosotros) y que se forja y se agranda en el trabajo de cada día, de cada momento en que habremos de ser nosotros mismos y podremos, orgullosamente, gritar nuestra filiación, reconocer nuestros rasgos, vemos en el "espejo impecable y diamantino" como la patria que llevamos dentro”, Arnulfo Herrera.
Ahora puedo concluir lo siguiente:
Amémonos y amemos a la patria haciéndola completamente nuestra, porque así como nuestros abuelos y padres forman parte de lo que hoy es nuestra patria, así nosotros algún día querremos formar y formaremos parte de la patria de nuestros hijos y los hijos de ellos.
domingo, 6 de septiembre de 2009
HaDeS
Hades era el señor del infierno. Era uno de los hermanos de Zeus, que al igual que al resto salvó del estómago de su padre Cronos. En la repartición del mundo, en la cual Zeus se erigió como Dios de Dioses, amo del cielo, a Hades le tocó ser el Dios del inframundo y por lo tanto de lo que nosotros llamaríamos infierno.
En el infierno griego, llamado como él: "el Hades", eran transportadas las almas de los difuntos acompañadas del Dios Hermes, quién las dejaba bajo la custodia del barquero Caronte. En las puertas del infierno habitaba una bestia semejante a un perro con tres cabezas llamada Cerbero que custodiaba el inframundo para que ningún ser vivo pudiera entrar.
Caronte, transportaba las almas a través de los ríos y las ponía a disposición de quienes debían juzgar el destino de las mismas, podían ser llevadas a tres lugares diferentes dependiendo de lo realizado en vida, uno de los ríos conducía las almas mediocres a su lugar destinado, otro llevaba a las almas buenas a los Campos Elíseos, y otro de los caminos conducía al Averno, al infierno para las almas que habían sido crueles y despiadadas.
Hades protagonizó el rapto de Perséfone, hija de Demeter. Debido a la eterna soledad a la que siempre se veía empujado, decidió tomar esposa, pero nadie quería habitar el infierno por lo que Hades viajó hasta el Olimpo y se llevó por la fuerza a Perséfone. Su madre Demeter, diosa de la agricultura, imploró a Zeus para que intercediera con Hades a fin que su hija volviera. Ante la negativa de éste, Zeus decidió solucionar el enredo obligando a Perséfone a que pasara con Hades algunos meses al año, que son los que se corresponden con las estaciones lluviosas, que no es otra cosa que las lágrimas de Demeter por la ausencia de su hija. Mientras que en las estaciones cálidas y secas Perséfone pasaba el tiempo en el Olimpo junto a su madre.
A Hades se le atribuye una personalidad malvada y cruel, más quizás por ser señor de los infiernos.
Hades es el equivalente del Plutón romano.
En el infierno griego, llamado como él: "el Hades", eran transportadas las almas de los difuntos acompañadas del Dios Hermes, quién las dejaba bajo la custodia del barquero Caronte. En las puertas del infierno habitaba una bestia semejante a un perro con tres cabezas llamada Cerbero que custodiaba el inframundo para que ningún ser vivo pudiera entrar.
Caronte, transportaba las almas a través de los ríos y las ponía a disposición de quienes debían juzgar el destino de las mismas, podían ser llevadas a tres lugares diferentes dependiendo de lo realizado en vida, uno de los ríos conducía las almas mediocres a su lugar destinado, otro llevaba a las almas buenas a los Campos Elíseos, y otro de los caminos conducía al Averno, al infierno para las almas que habían sido crueles y despiadadas.
Hades protagonizó el rapto de Perséfone, hija de Demeter. Debido a la eterna soledad a la que siempre se veía empujado, decidió tomar esposa, pero nadie quería habitar el infierno por lo que Hades viajó hasta el Olimpo y se llevó por la fuerza a Perséfone. Su madre Demeter, diosa de la agricultura, imploró a Zeus para que intercediera con Hades a fin que su hija volviera. Ante la negativa de éste, Zeus decidió solucionar el enredo obligando a Perséfone a que pasara con Hades algunos meses al año, que son los que se corresponden con las estaciones lluviosas, que no es otra cosa que las lágrimas de Demeter por la ausencia de su hija. Mientras que en las estaciones cálidas y secas Perséfone pasaba el tiempo en el Olimpo junto a su madre.
A Hades se le atribuye una personalidad malvada y cruel, más quizás por ser señor de los infiernos.
Hades es el equivalente del Plutón romano.
sábado, 5 de septiembre de 2009
GrEciA y rOmA
Las lecturas se desarrollan en tiempos de guerras y decadencias para Grecia y Roma por los años 400, dando lugar a nuevas eras.
Atenas, por un lado, sufría los embates de una epidemia en medio de una guerra contra los espartanos y se le adjudico la culpa a los dioses tomando en cuenta una antigua profecía que advertía que una guerra con el Peloponeso desencadenaría una peste. Atenas entro en crisis y fue derrotada.
Los troyanos, por su parte, llegaron a Roma después de aquella trampa del caballo tendida por los griegos, fundando después la cuidad de Roma.
Ambos textos reflejan las mitologías griegas y romanas, de igual manera hacen referencia a sus personajes mas famosos durante guerras.
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